Imagen: kaaathi en Pixabay

Es curioso. Últimamente varios amigos han coincidido en su intención de pasar sus próximas vacaciones de verano recorriendo la Ruta 66 (Route 66). Lo del verano es porque en sólo en esas fechas tienen días libres, puesto que todas las guías recomiendan épocas mejores, como el otoño o la primavera. Pero bueno, a lo que voy es a hablar de este itinerario de tintes casi legendarios que atraviesa EEUU casi de costa a costa y que constituye una especie de sublimación para todos aquellos que anhelan conducir por carreteras solitarias.

Solitarias porque, si no la mayoría, al menos buena parte de los viajeros que circulan por ella son únicamente eso, viajeros o turistas, ya que la Ruta 66 (Route 66), que durante mucho tiempo fue la espina dorsal que vertebraba el país, entró en decadencia a finales de los años cincuenta del siglo XX, cuando las autopistas interestatales la dejaron obsoleta y las líneas aéreas se generalizaron, cubriendo las enormes distancias más rápida y cómodamente.

Así que ahora es el turismo el que le da vida otra vez. Pero antaño, cuando se construyó en 1926 (aunque no se terminaría hasta 1938), era la vía principal para trasladarse desde el Norte al Suroeste. Se podía y se puede hacer al revés, pero la forma más pura sería ésa porque durante la Gran Depresión fue el recorrido de miles y miles de temporeros emigrantes (oakies, se les llamaba, porque muchos procedían de Oklahoma) que marchaban a California en busca de fortuna. Algo que continuó en las décadas siguientes, no sólo con seres humanos sino con mercancías.

Mapa de la ruta/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Un camino que entonces duraba varias semanas y aún hoy podría llevar entre siete días y un mes, según la calma con que se haga y la cantidad de gasolineras, bares de carretera y moteles que se vayan conociendo. Hay que tener en cuenta que empieza en el Lago Michigan (Chicago) y termina en Santa Mónica (Los Ángeles), atravesando 8 estados, 3 husos horarios, cordilleras, desiertos… Unos 4.000 kilómetros, en suma.

La que popularmente se conoce también como The Main Street of America, ha sido inmortalizada en varias canciones por artistas como Bobby Troup, los Rolling Stones, Nat King Cole o Chuck Berry; también por literatos como Jack Rittenhouse (que escribió una célebre guía) o John Steinbeck, que en Las uvas de la ira le dio otro de sus apodos, The Mother Road. Por cierto, el número del nombre verdadero, 66, se le puso porque era más fácil de recordar que el 60, el que realmente le correspondía.

Rescatada del olvido por asociaciones historicistas, la Ruta 66 está hoy catalogada como State Historic Route.

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