La verdad es que este post podría publicarse perfectamente en Viajeros pero finalmente he optado por hacerlo aquí porque el verdadero interés, por encima del comercial diría yo, está en la capacidad de integrar el turismo con el cuidado del entorno y el apoyo a las comunidades indígenas -caso de los mapuches- en una región especialmente atractiva como es la Patagonia.
Huella Andina es un ambicioso proyecto que tiene como objetivo poner en valor los recursos naturales y culturales de la zona norte de la Patagonia Andina para desarrollar una explotación turística sostenible y el desarrollo de esas comunidades locales mediante la actividad del senderismo.
Para ello se ha procedido a unir los senderos de la zona de manera que puedan recorrerse como un camino continuo de una longitud total de 560 kilómetros a través de la Reserva de la Biosfera Andino Norpatagónica, uniendo de norte a sur el Lago Aluminé (Neuquén) con el área de Baguilt (Chubut), pasando por las inmediaciones de localidades como Junín de los Andes, San Martín de los Andes, Villa Traful, Villa La Angostura, San Carlos de Bariloche, El Bolsón, Lago Puelo, Epuyén, Cholila y Esquel.
Este itinerario también atravesará varios parques nacionales, caso de Lanín, Nahuel Huapi, Arrayanes, Lago Puelo y Los Alerces, además de reservas provinciales y territorios privados.
Huella Andina forma parte del Marco del Proyecto Senderos de Argentina impulsado por el MINTUR (Ministerio de Turismo de la Nación) junto con APN (Administración de Parques Nacionales) y CFT (Consejo Federal de Turismo), que aspira a establecer una red nacional de senderos, todos ellos conectados entre sí.
Se pueden hacer a pie, a caballo o en bicicleta, procurándose que la mayor parte (hay un mínimo establecido del 60%) sea de dificultad baja para que atraigan al gran público y cualquiera pueda disfrutar de esta experiencia, desde niños a ancianos pasando por familias enteras. Habrá un sendero troncal desde el que tomar otros secundarios, pues se reutilizan huellas y senderos ya preexistentes que se integran entre sí, todos debidamente señalizados y organizados en 24 etapas.
Así se acerca al visitante a conocer la Patagonia de una forma directa y saludable, tanto para él como para el medio ambiente, descubriendo lagos, volcanes, bosques y montañas, y conviviendo con los usos tradicionales de los pobladores de la zona. Ejemplar.
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