
¿Cuáles son los iconos más significativos de Bolivia? Según representa su escudo oficial, la llama y el cerro de Potosí. Muchos añaden, y no les faltan ni razón ni apoyo histórico, la coca. Esta planta ha formado parte de la vida andina desde hace milenios (hay evidencias desde el 2.200 a.C), por lo que no resulta extraño que Evo Morales propusiera incorporarla al escudo o que en el número 906 de la calle Linares de La Paz haya un Museo de la coca dedicado a divulgar su origen, historia y características.
La planta de coca, cuyo nombre científico es Erythroxylum Coca, es un vegetal cosechado por las etnias que habitan el área de Los Andes, especialmente los aymaras para consumir con fines vigorizantes (es rica en vitaminas A, B, C, calcio y fósforo) y compensar el déficit de oxígeno y presión atmosférica que experimentan a grandes altitudes. Ello es posible gracias a que la planta es muy resistente, pudiendo sobrevivir en condiciones adversas de sequedad y pobreza de la tierra a la vez que resulta bastante prolífica, pues crece 3 o 4 veces al año entre los 400 y los 1.800 metros.
De hecho se producen anualmente cientos de miles de toneladas, la mayor parte localizadas en unas 180.000 hectáreas de los países andinos, léase Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, y los habitantes de dichos sitios la consumen sin mayor problema para usos medicinales y religiosos como siempre lo hicieron tradicionalmente en lo que en quechua se denomina acullico.
Las objeciones a ese consumo son relativamente recientes, desde los años setenta, época en que la drogadicción empezó a hacer estragos, y provenientes sobre todo de EEUU, principal damnificado del problema. Sólo que sus autoridades confundieron las cosas y tiraron contra la coca como materia prima de la cocaína (más concretamente sus alcaloides), cuando a nadie se le ocurriría prohibir las uvas para luchar contra el alcoholismo. Paradójicamente, hasta 1929 Coca Cola utilizó la Erythroxylum en su famosa bebida.
El consumo de coca es hoy el eje de un movimiento cultural indigenista y a todas las personalidades que visitan el país les ofrecen la ocasión de probar su intenso sabor amargo durante una visita oficial. Todo esto es lo que trata de explicar el museo de La Paz a través de montajes audiovisuales de imágenes y fotografías, no sólo de los métodos de cultivo sino también de las etnias que lo llevan a cabo.
Y quienes tengan curiosidad tendrán ocasión de mascar también algunas hojas. O eso o recurrir a los diferentes productos gastronómicos que se ofrecen en la tienda elaborados con coca: galletas, pan, caramelos, etc.
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