Imagen: Paul Brennan en Pixabay

Los delfines tienen buena fama. Sus caras, si es que se las puede llamar así, resultan simpáticas por esa media sonrisa que parecen esbozar y además son animales muy inteligentes y sociables, de ahí que a menudo protagonicen espectáculos. Especialmente en España, el país europeo que tiene mayor número de cetáceos en cautividad (algo menos de un centenar, incluyendo también orcas y belugas). Pero acaban de surgir fuertes críticas a esto.

S.O.S Delfines es una campaña desarrollada por las organizaciones FAADA, ANDA, Infocircos e Infozoos con el apoyo de la francesa One Voice (Francia) y la británica The Born Free Foundation, según la cual dichos espectáculos no aportan nada ni desde el punto de vista de la conservación de esas especies ni desde el pedagógico.

Antes de nada, conviene aclarar que la base de la argumentación de S.O.S Delfines no es sólo teórica sino también jurídica: la Ley 31/2003 de Conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos estipula que los delfinarios entran dentro de esta categoría y que no deben permitir la utilización de animales en espectáculos ni actividades parecidas que no sean didácticas. La pregunta es ¿son didácticos los espectáculos de los delfinarios?

Y la respuesta es que no, según el estudio realizado por S.O.S. Delfines analizando todos los que hay en nuestro país. Los contenidos educativos se clasificaron en tres áreas temáticas: los animales, incluyendo su comportamiento y características; el hábitat en el que se mueven; y cómo conservar la biodiversidad de las especies implicadas. Y, como media, el tiempo del espectáculo dedicado a esto fue aproximadamente minuto y medio.

Luego hay diferencias de un centro a otro, claro. Curiosamente, los peores en ese sentido fueron algunos de tanto renombre como el Oceanográfic valenciano, que empleó en informar sólo el 0,285 del tiempo, o el Aqualand de Tenerife, con un 0,33%. O sea, unos 6 segundos. El resto del show son acrobacias y ejercicios con acompañamiento musical, o bien actividades del tipo nadar con delfines y ser entrenador por un día, cosas que S.O.S Delfines considera algo «exclusivamente circense».

Por eso ha enviado una instancia al Ministerio de Medio Ambiente denunciando el incumplimiento de la legalidad y solicitando que ponga fin a los espectáculos con animales, al menos tal como se están realizando actualmente. En su web recogen firmas para ello.

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