Este fin de semana empiezan en Oviedo las fiestas de San Mateo, que no se pueden definir como patronales porque, cosa que no saben ni la mayoría de los ovetenses, en realidad su patrón es San Salvador, a quien está dedicada la catedral (otra rareza, pues la mayoría de estos templos son en honor de la Virgen). El caso es que la capital del Principado de Asturias se dispone a vivir 9 días (del 14 al 23) de música, sidra, un picnic al aire libre y diversión; o, lo que es lo mismo para muchos, dormir poco.
Buscando las raíces de estos festejos llegamos muy atrás, a plena Edad Media, cuando empezaron a llegar los peregrinos del Camino de Santiago en su ruta norteña y se detenían en la ciudad para obtener la Perdonanza (una indulgencia) y admirar las reliquias de la Cámara Santa: entre otras cosas, ya saben, las famosas cruces de los Ángeles y la Victoria cuya legendaria gestación las ha llevado a formar parte hoy de los escudos y banderas de Oviedo y Asturias respectivamente.
Pero como tales fiestas, con algunos de los elementos que la constituyen en la actualidad, aparecen atestiguadas en 1894. Hay pregón a cargo de algún famoso, barracas, pasacalles a cargo de bandas de gaitas, competiciones deportivas, verbenas, teatro, actividades para niños, un concurso de rock, feria ganadera, fuegos artificiales y un amplio programa de conciertos diseñado con amplia variedad (rock, pop, música electrónica, flamenco, reggae, jazz…) para gustar a todos y que, en la práctica, no contenta a nadie, como pasa en casi todos los sitios. Y eso que la mayoría son en la Plaza de la Catedral, completamente gratis.
San Mateo, sin embargo, se caracteriza por tres cosas funadamentales. La primera son los chiringuitos que se levantan por todo el casco antiguo para servir bebidas y bocadillos calientes hasta altas horas y animar las calles. Son más parecidos, pongamos, a los de Bilbao que a los de Sevilla, no sólo por su construcción rígida frente a las carpas andaluzas sino también porque su acceso es libre.
La segunda es la celebración del Día de América en Asturias, una jornada ideada por un célebre dibujante local para rendir homenaje a los países americanos que acogieron a los emigrantes de la región, esos mismos que luego, al retornar a casa, eran llamados indianos. La tarde del día de América hay un gran desfile de carrozas y grupos folklóricos iberoamericanos al que últimamente se han sumado otros lugares a donde fueron los asturianos a buscar fortuna: Suiza, Alemania, Bélgica…
Y la tercera sería el día 21 de septiembre, que es precisamente San Mateo. Si no llueve, aunque a muchos no les importa mojarse, es tradicional salir a alguna zona verde, sea un parque, sean los alrededores, para comer el bollu preñáu (bollo relleno de chorizo) y beber vino o sidra.
Acérquense hasta Oviedo la semana que viene; les esperamos con los brazos abiertos. Y parece que el tiempo no será malo.
Foto: españaescultura.es
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