Imagen: ojkumena en Pixabay

Los incendios forestales se han convertido en una de las plagas del siglo XXI. Hace unos años Grecia sufrió una oleada tan destructiva que el gobierno se vio obligado a cambiar la legislación para endurecerla y perseguir a los pirómanos, equiparando su delito al homicidio. Este verano de 2012 la ha tocado el turno a España y prácticamente nos levantábamos a diario con la noticia de nuevos fuegos que arrasaban hectáreas y hectáreas, amenazaban pueblos y mandaban al hospital a víctimas y miembros de los servicios de extinción. Y después ¿qué? Paisajes calcinados que tardarán décadas en recuperarse, dejando un deprimente impacto visual.

O quizá no. Es posible que la ciencia haya dado con el método para reducir el tiempo de recuperación y conseguir que la vegetación vuelva a brotar en un suelo calcinado en sólo un par de años: en 4 meses empieza a cambiar el negro por el verde y a los 12 meses nadie diría que las llamas habían acabado con el lugar; otros 12 y el paisaje será igual que antes.

Para ello se cuenta con la propia capacidad regeneradora de la Naturaleza, pues como es sabido las cenizas fertilizan la tierra, pero también con un sistema biotecnológico llamado rizorremediación, basado en el mismo principio que se usa para atajar los derrames de hidrocarburos en el mar: unas bacterias especiales, cuidadosamente seleccionadas, que devoran los contaminantes tóxicos que deja el fuego.

Las bacterias degradan esos compuestos y los usan como fuente de energía para vivir y a cambio proporcionan nutrientes y hormonas, favoreciendo la recuperación biológica y facilitando la reforestación. Un proceso totalmente natural y sostenible. En España ya hay alguna experiencia al respecto a través de la empresa granadina Bio-Iliberis R & D, que ha colaborado en el proyecto europeo BACSIN (cuya finalidad es prevenir y tratar la contaminación ambiental) en el desarrollo de dichas bacterias, probando su efectividad en una parcela de Málaga debidamente preparada. Éxito total.

Se ha seleccionado un consorcio bacteriano de 8 tipos diferentes de bacterias que se aplican mediante una solución acuosa denominada Biodetox, en la que también se incluyen semillas de hierba. Una vez limpiado el suelo quemado se puede aplicar el producto; se calcula que 10 litros bastan para una superficie de 10 hectáreas. En unos meses parecerá que no ha pasado nada.

Ahora bien, lo que no se podrá recuperar serán las vidas animales y humanas. Por eso el Biodetox no debe ser un sustituto de la responsabilidad y la prudencia. siempre será mejor evitar un accidente que pasar unas semanas en la UVI por muy bien que nos restablezcamos ¿no?

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