Al igual que ocurre con el cine, la fotografía es uno de esos inventos que no tienen un solo padre, ya que varios inventores trabajaron simultáneamente en la idea en diferentes países. Además habría que acotar o definir con exactitud a partir de cuándo se considera fotografía propiamente dicha al sistema de captación de imágenes. En cualquier caso, muchos sitúan la fecha en el 19 de agosto de 1839.
Claro que para entonces no se habla de fotografía sino de daguerrotipo, palabra que deviene del apellido del inventor, Louis Daguerre. Este pintor y decorador francés se asoció a Joseph Nicéphore Niépce, un químico y litógrafo aficionado que trabajaba en la fijación de imágenes con cámara oscura y placas de plata (y autor de la primera fotografía conocida, Vista desde la ventana en Le Gras), con la idea de aplicar la idea a la escenografía teatral. Niépce murió de apoplejía en 1833 y Louis continuó en solitario.
Como ocurre tantas veces en el mundo de la ciencia, una casualidad supuso el paso definitivo: la evaporación del mercurio que guardaba dentro de un armario fijó y reveló una imagen en una placa. Así nació el daguerrotipo, siendo el primero oficial el tomado en el Boulevard du Temple en 1838 (se puede ver arriba). Como necesitaba un gran tiempo de exposición (¡alrededor de un cuarto de hora!) sólo podía sacar cosas estáticas: paisajes, edificios, monumentos o personas con una enorme paciencia para posar (en el boulevard se ve a 2 porque estuvieron lo suficientemente quietas, un limpiabotas y su cliente).
Daguerre presentó oficialmente su invento en el Salón de las Ciencias de 1839 y el Estado se lo compró para garantizar su difusión pública al alcance de cualquiera. Ello requeriría, con el tiempo, perfeccionar algunas pegas como el alto coste de las placas de plata (pasarían a ser de cobre pulido), la toxicidad de los vapores del mercurio, la fragilidad de la imagen obtenida o el hecho de que la imagen se obtuviera invertida. También el citado tiempo de exposición, y eso que Daguerre había logrado reducir el que empleaba Niépce, que rondaba las 2 horas.
Por cierto, hablando de Niépce: tras su fallecimiento fue cayendo en el olvido, en parte porque Daguerre modificó el contrato que tenían para aparecer por encima de él. Bien es cierto que finalmente reconoció la deuda que tenía con su exsocio. Sin embargo, como decíamos al principio, los inventos tienen muchos padres y no tardaron en aparecer reclamaciones sobre la patente de la idea.
La más destacada fue la del diputado británico William Fox Talbot, que por esa misma época había inventado un sistema similar denominado calotipo mediante el que obtuvo el primer negativo fotográfico en 1835. El calotipo fue perfeccionado siguiendo el modelo de Daguerre y resultaba más barato pero sus imágenes eran de peor calidad. Así, pese a que en realidad la patente era unos días anterior, fue el daguerrotipo el que perduró como antecesor de la fotografía moderna.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.