Mujeres en la conquista y colonización de América

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Aunque una buena parte de la historiografía clásica extranjera, especialmente la anglosajona y la francesa, ha presentado la presencia de España en América como una tarea exclusivamente de conquista a hierro y fuego y, por tanto, obra exclusivamente de soldados, se trata de una visión interesada que pretendía ensalzar a los suyos: los españoles habrían desarrollado una labor militar frente a la colonizadora de ellos.

Esto se plasmaba en la concepción de una presencia exclusivamente masculina, o sea, ejércitos, frente a la emigración de familias como las del Mayflower y su labor civilizadora. Sin embargo, al igual que ocurre con la visión maniquea que presenta a Hernán Cortés, Pizarro y los demás como violentos saqueadores sedientos de oro, lo cierto es que las mujeres españolas llegaron al Nuevo Mundo mucho antes que el resto de las europeas.

Es más, basta leer cualquier crónica de la época para descubrir que incluso formaban parte de las expediciones: una treintena de ellas ya viajó con Colón en su tercer viaje, algunas de las que acompañaban a Cortés incluso se fajaron en la batalla de Otumba en medio de los cuadros formados por la infantería, y a menudo sustituían en el mando a sus maridos cuando eśtos fallecían.

Algunos nombres son conocidos. Es el caso de las representantes de la Corona, como María de Toledo, nuera del Almirante, que en fecha tan temprana como 1515 fue virreina de las Indias Occidentales, siguiendo una orden real que obligaba a las esposas de los cargos públicos a seguir a sus maridos. O las emprendedoras como Mencía Ortiz, fundadora de una compañía mercantil, y María Escobar, que fue la primera en llevar el trigo a América.

Y no digamos las que asumieron el mando militar de expediciones: Isabel Barreto, que en 1595 asumió el mando de la expedición que Álvaro de Mendaña, con quien estaba casada, había iniciado por el Pacífico desde Perú a las Islas Salomón en busca del reino mítico de Ophir; Inés Suárez, amante y mano derecha de Pedro de Valdivia en las guerras contra los araucanos de Chile; o Catalina de Erauso, la célebre monja alférez.

Son sólo algunos ejemplos de lo que se puede encontrar en la exposición No fueron solos: mujeres en la conquista y colonización de América, que el recién reformado Museo Naval de Madrid inauguró el pasado 27 de mayo. Estará abierta hasta el 30 de septiembre, ofreciendo un centenar de piezas variadas de época (joyas, zapatos, blusas, una rueca, un estribo de plata, un mascarón de proa…) y abundante documentación procedente de los principales archivos nacionales, entre ellos, claro, el de Indias.

Un auténtico filón para la literatura y el cine que, incomprensiblemente, en España nunca se ha aprovechado.