A menudo hemos reseñado aquí cómo muchos artistas reciclan materiales y utilizan viejos troncos o muebles para hacer sus esculturas y composiciones de madera. Pero es eso, arte. Y la madera puede reaprovecharse para más cosas. Y no sólo la madera de forma genérica sino determinadas maderas. Es más, maderas que antes fueron objetos curiosos ya de por sí.
Pues bien, a lo largo de 2011 el equipo Lone Twin se instaló en Hampshine y se dedicó a recorrer la región inglesa de South East recopilando cosas variadas fabricadas de ese material. Eso sí, para aceptarlas ponían como condición que tuvieran detrás una historia original. Así consiguieron 1.221 piezas diversas que servirían para su objetivo. Y esta vez no era artístico. Al menos, no exactamente.
Se trataba de construir un barco cuya misión, una vez terminado y botado, debía ser recorrer la costa británica hasta llegar a Weymouth en el mes de agosto de 2012. Esta localidad es donde se ha establecido la sede de regatas de los Juegos Olímpicos de Londres, y es que este proyecto, denominado simplemente The Boat Project, nació precisamente en el contexto cultural (la llamada Olimpiada Cultural) de ese gran evento deportivo que vivirá la capital británica -y, por extensión, todo el país y el resto del mundo- este verano.
No podía ser un barco cualquiera. Debía tener ese plus de originalidad y distinción que lo convirtieran en algo único y especial. Por eso en los astilleros de Thornham Marina y bajo la dirección de Mark Covell se utilizaron técnicas tradicionales de carpintería de ribera; y para ello, siguiendo el diseño de Simon Rodgers, se aplicaron las maderas reunidas.
Porque dichas maderas proceden de piezas tan peculiares como una guitarra de Jimmy Hendrix, la pista de un velódromo, un rungu (garrote masai) o un par de navíos históricos como el HMS Victory y el HMS Warrior. Todas fueron compactadas para formar un insólito casco sobre el que no se ha aplicado pintura -se supone que sólo barniz especial-, de manera que quedan a la vista las formas de las piezas como un gran puzzle de diversos tonos: aquí una percha, allá una raqueta de tenis, acullá un violín o unos palos de hockey…
El velero mide 9 metros de eslora y puede alcanzar los 20 nudos con 6 tripulantes a bordo. Desde hace un par de semanas está ya haciendo pruebas de navegación, aunque aún no tiene nombre porque éste saldrá de un concurso público.
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