Playa Gulpiyuri

Dentro del abanico de lugares curiosos, casi fantásticos, que ofrecen las frecuentemente brumosas tierras de Asturias hay que destacar uno que suele visitarse, paradojas de la vida, con buen tiempo. Porque es una playa, la de Gulpiyuri, situada en el concejo de Llanes, entre Punta Rociera y Castro Molina.

Lo original de esta playa es que no se abre al mar, al menos de forma visible, sino que está un centenar de metros tierra adentro, Se trata de una dolina, un espacio circular de unos 40 metros aproximados de diámetro originado por la erosión kárstica que terminó por producir el hundimiento de una cueva que previamente había ido excavando en la roca caliza.

El resultado son 3,80 hectáreas con una pequeña lengua de arena, abrigadas por paredes de piedra a las que el agua del mar llega a través de una gruta subterránea. Según suba o baje la marea hay más o menos profundidad aunque nunca pasa de un metro. A su alrededor, los verde prados asturianos y, en la parte alta, los característicos bufones de la zona (agujeros en los acantilados por los que brota la espuma de las olas y que emiten un sonido similar a un bufido).

El sitio es realmente curioso y está declarado Monumento Natural. Para llegar hay que partir del pueblo de Naves o desde otra playa, la de San Antolín, tomando la autovía del Cantábrico en dirección a Oviedo y desviándose en la salida 313. El coche se deja en un aparcamiento para seguir a pie durante 600 metros.

Foto: Ramón Díaz en Wikipedia

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