Cuantas veces mirando un mapa nos hemos sorprendido de encontrar un país, una región, que tiene un nombre familiar pero que no encaja en la posición en la que el mapa lo ubica? Desde la Antigüedad han existido lugares con el mismo nombre, separados por muchos kilómetros de distancia.
En unas ocasiones la duplicidad tiene una explicación lógica, pero en otras no obedece más que a la casualidad, por muchas leyendas que posteriormente se hayan inventado al respecto.
Vamos a revisar aquí tres casos especialmente interesantes que seguramente ya habrán llamado vuestra atención si sois entusiastas de la cartografía.
Guinea
¿Saben cuantas Guineas existen? Sólo en África tenemos tres: Guinea Bisau, Guinea, y Guinea Ecuatorial. Y en el Pacífico occidental está Papua Nueva Guinea. Pero a lo largo de la historia ha habido otros países con ese nombre. En Wikipedia hay una lista de hasta 13 países llamados Guinea.
Parece que el término Guinea puede ser de origen portugués, o proceder del antiguo reino de Ghana, situado en el actual de territorio de Mali y Mauritania. El caso es que los geógrafos aplicaban en el siglo XVIII el nombre de Guinea a toda la costa occidental africana. Se trata pues de un nombre impuesto por los colonizadores europeos, al que todavía no se ha encontrado significado exacto.
La isla de Nueva Guinea en el pacífico fue nombrada así por el español Iñigo Ortiz de Retez en 1454, quien encontraba a los nativos muy similares a los de la costa africana. Hay un interesante artículo de GeoCurrents al respecto.
Iberia
El caso de Iberia es de los más antiguos y sorprendentes. La península de Iberia o Ibérica, compartida hoy día por España y Portugal, tiene su equivalente nominal en la región de Iberia Caucásica (a la que se añade el sobrenombre para distinguirla de la anterior).
Ya los griegos y romanos conocían como Iberia a esta región que ocupaba el este y sudeste de la actual República de Georgia, y es muy posible que, por la cercanía, a los griegos les fuera conocida incluso antes que la Península Ibérica, a la que también darían el nombre de Iberia. De hecho, durante toda la Edad Antigua y parte de la Edad Media, hubo bastante confusión entre los historiadores, que llegaban a confundir ambas.
Aquí tuvo mucha culpa el historiador judeo-romano Flavio Josefo, quien indicó que el patriarca bíblico de los iberos era Tubal, hijo de Jafet y nieto de Noé, lo que llevó a pensar que los iberos hispánicos descendían del mismo Tubal. En realidad, el pueblo bíblico de Tubal estaba situado en la península de Anatolia, en la actual Turquía.
A este respecto hay un hilo muy interesante en los foros de Celtiberia, así como un artículo en Futuro Pasado.
Albania
Si se fijan en el mapa verán que al lado de la Iberia Caucásica hay una Albania. Por supuesto, tampoco tiene nada que ver con la Albania que hoy conocemos en la costa Adriática. ¿O quizá si? Su nombre original se desconoce.
Los Partos la llamaron Ardhan, y los persas Arrán. Fue reino conocido al menos desde el siglo II a.C. hasta que tras muchos avatares se integrase en Armenia en el siglo VIII.
Hay quienes piensan que la actual Albania europea se formó por los descendientes de los albaneses caucásicos que acudieron como mercenarios a luchar contra Venecia, instalados allí por la gracia del Zar de Rusia. Otros historiadores creen que son los descendientes de los antiguos Ilirios.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.