Imagen: Museo-Bar H.R. Giger

¿Han oído hablar de Hans Ruedl Giger? Es un indescriptible artista suizo, sin duda el más raro del panorama actual. A mí me fascinó ya en 1979, cuando se encargó del diseño de producción de la parte alienígena de la película Alien: ya saben, aquella extraña nave con forma de hueso y su inquietante interior en el que las techos, paredes y puertas parecían orgánicos; la sala de los huevos; el propio monstruo con forma humana pero cabeza alargada y exoesqueleto…

Las pinturas de Giger reproducen prácticamente sus conceptos escultóricos con una temática esotérica y una técnica que combina hiperrealismo con surrealismo. Esa enigmática y desasosegante mezcla de estructuras orgánicas y máquinas ha sido bautizada por él mismo como biomecánica y es una auténtica e inconfundible marca de la casa.

Pues bien, si visitan en el país alpino la localidad de Gruyère -sí, la misma de los quesos- acérquense hasta el Château Saint Germain. Allí podrán entrar a tomar algo y a flipar en el H.R. Giger Museum Bar, un local de su propiedad decorado por él mismo con su personalísimo gusto, con los techos cubiertos con esos característicos espinazos y vértebras, paredes rellenas de costillas y enormes fetos cabezones, y unas extraordinarias sillas que parecen sacadas del film de Ridley Scott.

Es como salir de copas por el planeta natal del alien pero sin la teniente Ripley cubriéndote las espaldas. Utiliza un buscador de vuelos para encontrar las mejores ofertas a Suiza.

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