Una de mis películas favoritas desde niño es La Gran Evasión (The Great Escape), la recreación de la fuga de 76 pilotos aliados del campo de prisioneros alemán Stalag Luft III. Lo increíble de aquella fuga fue la meticulosidad con que los prisioneros construyeron un túnel de 102 metros de largo (en realidad fueron 3 túneles, pero sólo se usó el llamado Harry), con estaciones intermedias y sistema de ventilación.

Tras la fuga los alemanes hicieron inventario del campo y descubrieron que faltaban 4.000 tablas de cama, 34 sillas, 1219 cuchillos, 478 cucharas, 582 tenedores, y un montón de materiales más que los pilotos utilizaron para apuntalar el túnel o excavarlo.

De los 76 fugados tan sólo tres consiguieron su objetivo, pues el resto fue capturado a los pocos días. 50 de ellos serían fusilados por la Gestapo.

Stalag luft iii

El Stalag Luft III estaba situado en lo que hoy es la ciudad polaca de Zagan. Hoy es un museo dedicado a la memoria de todos los prisioneros, mientras que un sencillo monumento señala el origen, recorrido y final del túnel Harry. Muy cerca de la carretera de acceso se encuentra también el memorial a los 50 prisioneros fusilados, entre ellos Roger Bushell, creador del plan de fuga.

El sitio se puede visitar de martes a viernes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, y los sábados y domingos hasta las 5.

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