Como hemos podido ver en la noticias, la Armada española tiene una fragata llamada Numancia desplegada en el Océano Índico para luchar contra la piratería. Lo que muchos no saben es que el nombre se le puso en memoria del que fue el primer buque blindado de España: también era una fragata, construida por encargo del gobierno en astilleros de Tolón (Francia) y botada en 1863. Con ella se ponía la guinda del pastel del programa de reconstrucción de la flota desarrollado durante el reinado de Isabel II, situando la armada nacional entre las primeras del mundo.
La Numancia medía 96,08 metros de eslora por 17,34 de manga y desplazaba 7.500 toneladas, bien con motor a hélice, bien merced a tres mástiles con velamen, todo lo cual le permitía una velocidad punta de 14 nudos. La tripulación era de 590 hombres y el armamento dos cañones de 200 mm.
Su acción más famosa fue la llamada Guerra del Pacífico, en la que España se enfrentó a una coalición formada por Perú, Chile, Bolivia y Ecuador por un motivo bastante absurdo que derivaba de la costumbre iniciada por el ejecutivo de O’Donnell de desarrollar una agresiva política exterior para unificar a los españoles bajo una causa común.
Sustituyendo al almirante Pareja, que se había pegado un tiro al perder la goleta Covadonga a manos de una inexperta flota chilena, el brigadier Casto Méndez Núñez encabezó el bombardeo de Valparaíso en 1866. A pesar de que se había dado varios días a la población para que saliera, la acción fue muy criticada internacionalmente y decidió al gobierno a retirarse. Pero antes, el brigadier quiso salvar la honra de la Marina (fue el que dijo la famosa frase de la honra sin barcos) y anunció el ataque al fuerte de El Callao, una temeridad dada la potencia de sus baterías costeras.
Durante la batalla, la Numancia recibió 52 impactos y otros navíos sufrieron desperfectos, sufriendo 43 muertos y más de un centenar de heridos (entre ellos el propio Méndez Núñez), pero las defensas de la fortaleza quedaron desmanteladas e incluso murió el ministro de Guerra peruano. Entonces la escuadra española se fue; la fragata viajó a Filipinas y luego completó la circunvalación del globo, siendo el primer barco acorazado que lo conseguía. En 1873 aún combatiría durante la insurrección cantonalista, al caer en manos del cantón de Cartagena. Pero la evolución de la técnica naval obligó a hacerle reformas en 1896, entre ellas retirarle los palos.
Ya en el siglo XX, completamente obsoleta, cumplió funciones de estación flotante y asilo para huérfanos. En otro país, Inglaterra por ejemplo, se la hubiera conservado y restaurado como monumento histórico; aquí la vendieron como chatarra y acabó desguazada en el mismo punto donde encalló mientras hacía su último viaje, en Portugal. casi
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