La foto adjunta parece ilustrar un esperpéntico accidente dominguero: en un despiste, el dueño de la caravana se olvida de echar el freno y el remolque se desliza cuesta abajo, terminando en el agua. Lo parece, sí, pero no lo es. En realidad la imagen ilustra, bastante bucólicamente con la puesta de sol y tal, un plácido paseo fluvial o lacustre, sólo que en lugar del clásico balandro o la barca de remos utiliza una caravana.

Caravana navega

Y ello no se debe a un capricho de fotógrafo sino a que realmente existe. Se llama Sealander, es de fabricación alemana y fue presentada este mismo año en el Caravan Salon de Düsseldorf. El techo es descapotable, navega con un pequeño motor que se carga durante la conducción por tierra firme y en su interior tiene una mesa y una cama convertible en dos sofás. Pequeña y compacta (3,89 x 3,56 metros) pesa sólo 380 kilogramos y abre nuevos horizontes a los viajes en caravana.

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