Uno se llevó el honor por llegar antes que nadie y otro la gloria por morir en el intento. Amundsen y Scott fueron los primeros seres humanos en pisar el Polo Sur en 1912, con apenas un mes de diferencia. Pero ninguno los hubiera logrado de no haber contado con la ayuda de los animales. El noruego llevó consigo decenas de perros y el británico, aunque también utilizó canes, se decantó por los ponis siberianos. Casi todos dejaron su vida allí.
Como homenaje a estos peculiares caídos, Ronald J. Smith, un coronel de la Fuerza Aérea de EEUU destinado en la Antártida, decidió bautizar con los nombres de los más conocidos algunos waypoints (puntos de referencia para los pilotos) de la ruta aérea entre la Estación McMurdo y Nueva Zelanda. Ya figuran en el mapa. 3.800 kilómetros sobre el océano en los que ahora se localizarán Pehrr, Helge, Lasse, Mylus, Frith y Urroa (perros de Amundsen) y Snipt, Jipig (en realidad Jimmy Pigg pero deben tener un máximo de 5 letras), Boenz, Jehoo y Nobey (los caballos de Scott).
Vía: New York Times
Imagen: Lawrence Oates con los ponis siberianos de la expedición de Scott (dominio público en Wikimedia Commons)