Pasado mañana, sábado 17 de septiembre, se inaugura la temporada de otoño del Tren Medieval de Sigüenza que organizan desde hace siete años Renfe y el Ayuntamiento de esa localidad. De la misma forma que hace unos años se reciclaron muchas rutas ferroviarias abandonadas como pistas para hacer senderismo, ahora se tiende a recuperar algunas líneas en desuso haciendo que vagones y locomotoras circulen por ellas de nuevo, sólo que con aires añejos.
Dos casos muy conocidos son el Tren de la Fresa, que une Madrid con Aranjuez, o el Transcantábrico, que recorre la cornisa norte. En ambos se recuperan viejos vagones y, si uno recrea las condiciones de viaje de la época de su creación, allá por mediados del siglo XIX, el otro ofrece al pasajero un viaje de lujo en un ambiente retro.
El Tren Medieval de Sigüenza se acerca más al concepto del madrileño, pues está pensado para la visita turística a esta ciudad de Guadalajara: el castillo, el famoso Parador y la catedral, con el célebre sepulcro del Doncel, tiñen de aires del Medievo la ruta, algo subrayado con la animación del grupo Tarambana y las actuaciones de trovadores y malabaristas.
La que empieza ahora es la temporada otoñal (la de primavera duró del 6 de marzo al 3 de julio), que tiene como fechas de viajes los días 17 y 26 de septiembre; 1, 8, 15 y 22 de octubre; y 5, 12, 19 y 26 de noviembre. Las salidas son a las 10:00 de la estación de Chamartín, llegando a destino a las 11:25; el regreso parte a las 18:30 y llega a la capital a las 19:52.
El precio del billete es de 27 euros (16 para menores de 14 años) e incluye visita guiada por la ciudad, degustación de yemas artesanas a bordo y seguro de viaje, además del sorteo de una estancia en el Parador de Sigüenza para dos personas. Alrededor de 60.000 personas han disfrutado de esta interesante y original forma de entretenimiento que mezcla historia, arte, gastronomía y ocio. Para disfrutarlo pueden buscar alguna de las ofertas de vuelos que existen a alguno de los aeropuertos cercanos.
