Este es el deslumbrante diseño propuesto por el arquitecto belga Vincent Callebaut para la Roosevelt Island de Nueva York: un gran rascacielos de forma poco usual que en realidad es una granja vertical. Ha sido bautizado como Dragonfly.
Consiste en dos torres construidas en acero y cristal de 600 metros de altura y 132 pisos, en los cuales se distribuyen 28 parcelas agrícolas. Estos huertos deben producir fruta, verdura, cereal, carne y lácteos para abastecer a los habitantes del complejo de manera que sean autosuficientes. No sólo ellos sino el edificio mismo, que funciona con energías solar y eólica, almacena aire bajo su capa exterior para que en invierno sirva de aislante contra el frío y, gracias a los jardines verticales, recicla el agua de la lluvia.
Además de las granjas habrá viviendas, oficinas, laboratorios y zonas comunes de ocio. Fascinante; en cierta manera me recuerda a los invernaderos que viajaban por el espacio en la película Silent running.