El pasado sábado fue el aniversario del inicio de una importante aventura: el lanzamiento desde Cabo Cañaveral (Florida) de un cohete Titán que debía llevar hasta Marte dos sondas de exploración en una operación llamada Proyecto Viking. La novedad estaba en que por primera vez se aterrizaría en suelo marciano, aunque se trataba de una misión no tripulada.
El viaje duró 10 meses. Al llegar, una sonda entró en la órbita del Planeta Rojo para servir de puente a otra, la Viking Lander, que tomó tierra para proceder a tomar muestras del suelo y la atmósfera, así como a realizar análisis biológicos en busca de posible vida y fotografías de la superficie.
El 9 de septiembre llegó una segunda misión, la Viking II, que había despegado 2 meses después de la otra y que aterrizó a una distancia de 15º de latitud. Las conclusiones extraídas de los informes de ambas establecieron que la atmósfera marciana está compuesta básicamente por dióxido de carbono y que la temperatura oscila entre 90º y 30º bajo cero, lo que hace muy difícil la existencia de vida.
Las sondas orbitales dejaron de funcionar al agotar sus reservas de energía mientras que las de tierra continuaron funcionando más tiempo, hasta que el 13 de noviembre de 1982 una actualización de software, al parecer, las dejó definitivamente fuera de combate. Curioso; lo mismo que suele pasar con mi ordenador.