A mediados del siglo XIX ya había alumnos a los que no le interesaban especialmente las clases ni tenían el más mínimo interés en aprender las materias. Por eso la mayoría de los profesores utilizaban la vara como elemento didáctico.

Sin embargo hubo un adelantado a su tiempo que trató de explorar nuevos caminos, aunque al final la fama no le llegaría por sus resultados con los indomables chicos. Se llamaba Wlliam Harvey, aunque ha pasado a la pequeña posteridad por su pseudónimo, Aleph.

Aleph es el sobrenombre con que firmó un montón de mapas realizados por él mismo y que tenían la curiosa característica de representar países europeos pero decorados con elementos típicos de cada uno. Especialmente con personajes autóctonos, cuyas siluetas formaban el contorno del territorio. Harvey esperaba que, de esta manera, atraería la atención de los estudiantes y les motivaría a aprender Geografía.

No sé si consiguió ese objetivo -sospecho que no- pero si logró que la editorial inglesa Hodder & Stoughton los publicara en 1869 bajo la forma de un atlas con uno de esos títulos rimbombantes habituales en su época: Geographical fun: being humorous outlines of various countries (Geografía divertida: contornos humorísticos de varios países). En total son doce mapas en los que cada nación -alguna ya no existe, como Prusia- se ven algunos de sus políticos o reyes más representativos: Bismarck, la reina Victoria, el zar Alejandro II, etc. De otros sitios, como España, Francia, Portugal y varios más, sólo puso figuras simbólicas no personalizadas.

Imagen: The Public Domain Review

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