Hace poco pasé unos días en Bilbao y visitando el mercadillo de los domingos encontré un curioso libro del historiador-periodista-economista-abogado Pedro Voltes. Se titula Historia inaudita de España y en él me llamó la atención una relación de gobernantes españoles clasificados por el tiempo que ejercieron el poder. El período a contabilizar, eso sí, sólo tiene en cuenta desde establecimiento real de la primera Constitución, en 1823, hasta 1936.
El récord lo tiene Sagasta, que sumó 14 años en 7 legislaturas (casi ninguno estuvo una sola), seguido de Cánovas con 12 años y 7 meses en 6 etapas. Detrás vienen Maura (7 años y 2 meses), Narváez (7 años), Primo de Rivera (6 años y 4 meses), O’Donnell (5 años y 11 meses), González Salmón (4 años y 4 meses), Dato (3 años), Canalejas (2 años y 9 meses), Romanones (2 años y 7 meses), García Prieto (2 años y 2 meses), Azaña (2 años y 2 meses), Silvela (2 años), Cea Bermúdez (2 años y 3 meses), Bravo Murillo (1 año y 11 meses), Prim (1 año y 6 meses), Lerroux (1 año y 5 meses), Serrano (1 año y 4 meses), Pérez de Castro ((1 año y 2 meses), Istúriz (1 año y 2 meses) y Berenguer (1 año y 21 días).
Si se cuentan los que no llegaron a cumplir el año al frente del ejecutivo la lista se multiplica: Moret (11 meses y 19 días); Fernández Villaverde, Ruiz Zorilla, Allende Salazar, Martínez de la Rosa, Sartorius, el duque del Infantado, el marqués de Miraflores y Martínez Campos (9 meses); Alcudia (8 meses y 23 días); Mendizábal y Largo Caballero (8 meses y 1 día); Sánchez Guerra y Zavala (8 meses); Alcalá Zamora (7 meses y 26 días); Azcárraga y Alejandro Mon (7 meses y 6 días); Pacheco, Lersundi, Sánchez de Toca, Montero Ríos y Samper (5 meses); López Domínguez, Posada Herrera, Alcoy, González Brabo, Armero y Figueras (4 meses); Malcampo, Jovellar y Castelar (3 meses); Martínez Barrios, Chapaprieta, Casares Quiroga y Portela Valladares (2 meses); Giral y Aznar (1 mes y varios días).
Por último están los que se quedaron por debajo de un mes de mandato: Arrazola, Salmerón, Pi y Margall, García Goyena, Casa Irujo, Gutiérrez de la Concha, Olózaga, Fernández de Córdova y el duque de Rivas (sí, el escritor). El farolillo rojo es para el conde de Cleonard, que sólo aguantó un día pero no porque estuviera interino, como los dos anteriores, sino porque fue fulminantemente depuesto ante la oposición popular que generó su nombramiento.
Si sumamos el total el resultado es la friolera de 78 presidentes de gobierno en poco más de un siglo; lamentable, la cantidad de tiempo perdido y la de cosas que se podían haber hecho.
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