
El jueves de la semana pasada se cumplieron 85 años de la hazaña del Plus Ultra, una de las cotas más altas alcanzadas por la aviación española, especialmente porque se llevó a cabo en tiempo pioneros, cuando los aviones no tenían cabinas cerradas y atravesar el océano equivalía a jugarse la vida. Y eso fue precisamente lo que hizo el Plus Ultra: cruzar el Atlántico desde España hasta Argentina para rememorar el viaje de Colón.
El Plus Ultra era un hidroavión DO J. Wal fabricado por la prestigiosa empresa Dornier. Medía 17,2 metros de longitud por 22,5 de envergadura, alcanzando una velocidad de crucero de 145 kilómetros/hora. Tenía capacidad para cinco pasajeros pero su tripulación estaba compuesta por cuatro, que viajaban en asientos al aire libre: Ramón Franco, el hermano del entonces general, era el comandante; le acompañaban el capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán y el mecánico Pablo Rada.
La aventura comenzó el 22 de enero de 1922 en Palos de Moguer (Huelva) siguiendo un itinerario similar al que habían hecho cuatro años antes los portugueses Cabral y Cotinho entre Lisboa y Río de Janeiro. Tardaron ocho horas en llegar a Las Palmas para, desde allí volar hasta Cabo Verde en otras diez. En las islas africanas se vieron obligados a aligerar peso, por lo que Durán tuvo que dejar la expedición. No sería el último incidente. Poco antes de llegar a Fernando de Noronha, otra isla en medio de la nada, tuvieron que amerizar por falta de combustible y llegar a tierra navegando, donde repostaron. Luego les sorprendió una tormenta que duró seis horas y rompió una hélice; hubo que repararla en pleno vuelo antes de llegar a la isla brasileña de Pernambuco. Pasado lo peor, ya fue un paseo triunfal por Río de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires, a donde llegaron el 10 de febrero de 1922 aclamados por una multitud: habían recorrido 10.270 kilómetros en 59 horas y 39 minutos.
El hidroavión fue donado a la Armada argentina, que lo usó para el correo. Prestado a España brevemente para la Exposición Universal de Barcelona (1929), hoy está expuesto en el museo de la ciudad de Luján. Paradójicamente, el comandante Ramón Franco y Pablo Rada fueron después figuras republicanas: el primero, envuelto siempre en conspiraciones para derribar la monarquía y el segundo convertido en uno de los protagonistas de la quema de iglesias cuando llegó la República en 1931. Ruiz de Alda, en cambio, fundó el Movimiento Español Sindicalista, génesis de la Falange, junto a José Antonio Primo de Rivera y Rafael Sánchez Mazas; dicen que su asesinato en 1936 llevó al comandante a apoyar a su hermano en la Guerra Civil.
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