Dado que se acerca la Semana Santa, con sus correspondientes vacaciones -vale, aún faltan dos meses pero hay que ver el vaso medio lleno-, la gente empieza a visitar agencias de viajes y consultar webs para buscar un destino. Como no soy una excepción, navegando por Internet he descubierto la posibilidad de , ese pequeño principado encajado entre España y Francia que resulta ser un pequeño miniparaíso en el que se puede disfrutar de los siete pecados capitales. Vamos a verlo:
LA AVARICIA
En sólo 468 kilómetros cuadrados Andorra tiene 22 ejes comerciales que cubren su territorio. Insistiendo en el tópico, Andorra la Vella (eje Escaldes-Engordany) está considerada la capital comercial de los Pirineos, constituyendo una gran galería a cielo abierto de tiendas con precios sin competencia y primera calidad: tabaco, alimentos, electrónica, perfumería, joyería, moda, artículos deportivos…
LA ENVIDIA.
Estrechamente relacionada con el pecado anterior. Andorra permite pasar por la aduana productos de consumo propio y no sujetos a legislación especial hasta un valor máximo de 900 euros por persona. No fumo ni bebo, como tampoco soy un esclavo de la ropa ni me entusiasman los videojuegos, pero los que sí gusten deben aprovechar la ocasión.
LA GULA.
La gastronomía de un país que está entre dos de los que mejor se come en el mundo tiene forzosamente que beneficiarse de ambos. Y así circularán ante el comensal platos con nombres como caracoles a la llauna, escudella del pagés, trinxat, brossat, coca masegada… Montañas, ríos y campos aportan sus productos naturales, léase trucha a la andorrana, cabrito al horno con picadillo de frutos secos, civet de jabalí, etc. Además, hasta el 27 de febrero, la localidad de La Massana celebra las jornadas de cocina Lo Mandongo, basándose en las carnes de cerdo, procedentes de la matanza típica de estas fechas, con las que se hacen embutidos.
LA LUJURIA.
En Andorra manan las fuentes termales de Escaldes-Engordany, cuyas aguas, ricas en azufre, resultan ideales para múltiples tratamientos terapéuticos y de belleza. Caldea es el mayor centro termolúdico de Europa, con 30.345 metros cuadrados a 1.100 de altitud, pero en el principado se puede elegir entre más de media docena de spas y wellness para relajarse y abandonarse al placer en los hoteles que suelen acogerlos.
LA SOBERBIA.
Vamos a pervertir un poco el significado y aludir al soberbio paisaje de los Pirineos. Existe una larga lista de rutas de senderismo o de alta montaña con su correspondiente red de refugios. Además hay 3 parques nacionales (Comunal Vall del campedrosa, Sorteny y Madriu-Perafita.Claror) y 4 grandes recorridos para los más resistentes (la Ruta de las 3 Naciones, Andorra de este a sur, el Gran Recorrido de los Pirineos y la Semana de montaña y refugios). Y, además, también se puede practicar barranquismo, escalada, parapente, etc.
LA PEREZA.
Como no a todos les gusta andar pero sí conocer sitios, el Bus Turístico propone desde noviembre 4 itinerarios de invierno diferentes visitando parajes singulares, arquitectura tradicional andorrana, museos y algunas de las 40 iglesias románicas. Se realizan los martes y jueves por la mañana y los sábados todo el día, con precios según el viaje elegido. En todos hay audioguías en diversos idiomas.
LA IRA.
Pues sí, también hay espacio para la ira. La que siento cuando veo tres estaciones de esquí más un parque temático como Naturlandia (que incluye diversiones relacionadas con la nieve para toda la familia, como una pista de hielo sintético o el Tobotronc, el mayor tobogán del mundo) y no puedo disfrutarlas porque no sé esquiar. En fin, como también se dan clases de iniciación…
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