Imagen: Derbrauni en Wikimedia Commons

Acaba de inaugurarse la estatua de Cristo más grande de Europa y, según el criterio que se utilice para medir, también del mundo. Fue en la pequeña ciudad polaca de Swiebodzin, de sólo 21.000 habitantes. Parece muy poca población para tanta figura pero es que se trató de un empeño personal del párroco Sylvester Zawadsky: él la diseñó y dirigió los trabajos que, aunque se terminaron semana y media antes, no se procedió a la presentación oficial hasta el domingo 21 de noviembre para dar tiempo a la gente de todo el país a asistir a una multitudinaria misa; 15.000 personas asistieron, nada menos.

Respecto a la polémica de las medidas, el problema viene de que el Cristo Redentor de Río de Janeiro, al que se parece bastante, suma 38 metros más 8 de pedestal, mientras que el polaco tiene 33 (uno por cada año de vida del personaje) pero aposentándose sobre un montículo de 16. Además 3 de los metros corresponden a una corona dorada, bastante ridícula por cierto (parece sacada de un roscón de Reyes), que lleva en la cabeza.

La estatua, realizada en escayola y fibra de vidrio, pesa 440 toneladas y costó cerca de un millón de euros procedentes de donaciones privadas que, se espera, reviertan en turismo, pese a que el párroco insista en que su empresa fue exclusivamente religiosa.

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