Imagen: Regado en Wikimedia Commons

Uno de los viajes clásicos que suelen aparecer en las guías de viaje es por el Loira, visitando los castillos de la región. Pero desde 2007 la zona tiene un nuevo atractivo en la isla de Nantes. Se trata de Les Machines de L’ile, una mezcla de parque de atracciones, museo, taller y espectáculo en el que se deja notar la procedencia artística de sus creadores: Francois Delaroziere y Pierre Orefice, ambos integrantes de la imaginativa compañía teatral Royal de Luxe.

Nantes era una ciudad de fuerte actividad industrial que se vio obligada a someterse a una dura reconversión en los años ochenta. Fruto de ello muchas de las instalaciones quedaron abandonadas, especialmente los astilleros del Quai de la Fosse, en Prairie au Duc (al este de la isla), cuyos almacenes se reutilizaron para construir la Galería de las Máquinas. Ésta fusiona la imaginación del hijo más ilustre de Nantes, Jules Verne, con el arte inventor de Leonardo da Vinci para originar un mundo fantástico, onírico, divertido y fascinante a partes iguales a través de muñecos-robot gigantes con forma de animales y movimiento.

Las últimas incorporaciones son una Jirafa-tortuga, un Mero y una Cáscara de nuez, estando en preparación un Carrusel de los Mundos Marinos. Pero, sin duda, el más espectacular fue el primero: el Gran Elefante, una construcción de 12 metros de altura y 40 toneladas fabricada con madera y acero que puede desplazarse transportando 45 personas, barritar y regar con su trompa a los visitantes incautos. Al igual que el resto de la fauna, quedan a la vista los engranajes y mecanismos, lo que acrecenta su curioso aspecto.

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