Imagen: Ienac en Wikimedia Commons

El pasado mes de julio, durante la Feria Aérea Internacional de Farnsborough, se dio a conocer un adelanto de un peculiar informe que hace unos días presentó su forma definitiva. Se titula The future by Airbus y está editado, evidentemente, por el constructor aeronáutico europeo. En él hace un análisis de lo conocimientos tecnológicos que existen en la actualidad y su posible aplicación a la industria del sector cuando se desarrollen plenamente. La hipótesis toma como escenario el año 2050 y, examinando el tema por apartados, parece una película de ciencia ficción.

Sin duda lo que más repercusión ha tenido en los medios de comunicación es la idea del avión transparente. Un aparato sin ventanas -no serían necesarias, claro- que pesaría mucho menos de lo normal gracias a los materiales con que estaría fabricado: fibras vegetales reciclables en lugar de los plásticos actuales. Ello permitiría tener un panorama total en 360 grados del cielo, en paredes, techo y suelo. Además los materiales serían autolavables, autorreparables y multiformes.

En efecto, aparte de la sensación de flotar en el aire que habría en una cabina así, existirá la posibilidad de configurar la apariencia que se desee para el interior. Con sólo pulsar un botón un láser podría proyectar un holograma tridimensional reproduciendo alrededor del pasajero la apariencia que desee: un dormitorio -algo que vendría muy bien si el vuelo es nocturno-, un bosque, una discoteca, una suite de cinco estrellas…

Ya no habría que preocuparse del encarecimiento de billetes por el precio del petróleo porque para entonces el queroseno y los combustibles sólidos o líquidos ya serán historia. El futuro parece inclinarse por el hidrógeno, la fusión nuclear o la superconductividad eléctrica, que garantizan autonomías casi inacabables.

Claro que para entonces muchos de los vuelos que ahora requieren horas de aeropuerto y avión se llevarán a cabo en el propio coche, que ya será volador. Serán rutas cortas (¿dónde quedarán las low cost?) porque las largas correrán a cargo de naves nodriza en las que embarcarán los automóviles, tal como ocurre ahora con los transbordadores marítimos.

Puestos a hacer comparaciones también se podrá elegir si viajar rápidamente, muy por encima de la velocidad del sonido, o disfrutando del periplo, con todas las comodidades de los cruceros de lujo pero en versión aérea.

¿Cuántas de estas profecías se cumplirán?

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2 respuestas a “El futuro de la aviación según Airbus”