El Grand Palais parisino vuelve a albergar una exposición de lujo sobre uno de los grandes maestros de la pintura. Hace unos meses fue Turner y ahora toca Monet, del que se presenta una amplísima retrospectiva compuesta por 200 obras y abierta hasta el 24 de enero de 2011: Claude Monet (1840-1926).
Reunir tal cantidad de cuadros -sólo pinturas- ha sido posible gracias al trabajo coordinado de cinco comisarios de la RMN (Reunion des Musées Nationaux) quienes, dirigidos por Guy Cogeval (presidente del Museo de Orsay), han seleccionado lienzos procedentes de 75 museos de de 14 países, además de colecciones privadas. El evento promete ser un éxito de los que hacen época porque ya ha vendido por anticipado, a través de Internet, 83.000 entradas, calculándose que la afluencia total a lo largo de los próximos cuatro meses será de medio millón de personas.
Para conseguirlo, las dos plantas del edificio permanecerán abiertas los siete días de la semana. Además, adquiriendo el billet jumelé (entrada mixta) por 18 euros se podrá acceder a una prolongación de la muestra en el cercano Museo de l’Orangerie (en la plaza de la Concordia), donde se exhiben los nenúfares gigantes que rozan ya el pre-expresionismo de la última etapa del artista.
Por cierto, si a pesar de la abundancia de vuelos baratos a alguien le resulta imposible encontrar un hueco para acercarse hasta la ciudad de las luces, los organizadores ponen a su disposición una atractiva web desde la que se pueden ver con todo detalle las obras. Y una advertencia para evitar decepciones: entre las obras seleccionadas no figura la emblemática Impresión sol naciente, puesto que el Museo Marmottan no pudo cederla al estar organizando su propia exposición de Monet para octubre.