Imagen: StockSnap en Pixabay


Una de las noticias turísticas más raras del verano es el juicio, pendiente de sentencia, entre el Easy Going y el Estado holandés. El Easy Going es un coffe shop de Maastricht que en 2006 fue cerrado durante tres meses por la autoridades al descubrir la policía en una inspección que dos clientes eran extranjeros. ¿Y eso es un delito? puede preguntarse alguno; ¿se trataba de inmigrantes ilegales tal vez? Pues no, eran simples turistas y la infracción no la cometieron ellos sino los dueños del establecimiento por permitir su entrada.

Para entender dónde está el problema hay que remontarse a un año ante, 2005, cuando la ciudad decidió autorizar los coffe shops sólo para holandeses, en parte por la presión que ejercían las poblaciones limítrofes: Maastricht está ubicada en la frontera y recibía cada día más de diez mil visitantes cuyo único interés era comprar cannabis y regresar a su país. La causa: el consumo de esta droga blanda no está penalizado en los Países Bajos desde los años setenta si una persona lleva un máximo de cinco gramos -quinientos para los establecimientos-, así que todo el mundo viajaba hasta allí para adquirirlo. Una especie de turismo de droga light.

En consecuencia, Maastricht prohibió la entrada de extranjeros a los coffe shops y se produjo el incidente del Easy Going, cuyos dueños ganaron el juicio en un tribunal local pero que quizá no lo tengan tan fácil en el Consejo de Estado de Holanda, que está apoyado oficialmente por la Unión Europea. Entretanto, el Ayuntamiento promueve coffe shops para turistas en la periferia… que probablemente sean un fracaso, si se tiene en cuenta que hay que registrar el DNI y las huellas dactilares.

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2 respuestas a “Coffee shops sólo para holandeses en Maastricht”