Continuamos revisando los pabellones más destacados de la Exposición Universal 2010 de Shangai.
Brasil ha construido un edificio rectangular rodeado por una cobertura cóncava de madera reciclada y pintada de verde que está sostenida por un bastidor de metal. El color alude claramente al exhuberante paisaje brasileño pero la forma recuerda a un estadio de fútbol, la gran pasión de este país, que de paso promociona su candidatura a organizar el Mundial de 2014. De hecho los visitantes pueden jugar partidos virtuales en pantallas exteriores mientras esperan su turno de entrada. El conjunto se parece -deliberadamente, creo- al Nido de pájaro de los Juegos Olímpicos de Pekín.
El proyecto de Brasil, de 2.000 metros cuadrados, fue diseñado por Fernando Brandao y tiene como lema Ciudades latentes. Aparte del fútbol también habrá seminarios de negocios para presentar al país como potencial mercado de inversión.
Canadá viene avalado por la participación en su concepción, gestión y desarrollo del Cirque du Soleil. Los componentes de este espactáculo, además, llevan a cabo perfomances en la plaza central con la particularidad de que pueden verse desde cualquier punto del recinto. Y eso que son 6.000 metros cuadrados (este pabellón es uno de los más grandes de la Expo).
Ciudad viviente: inclusiva, sostenible y creativa es el lema de Canadá para el evento. El edificio está dotado de una cobertura exterior en techo y paredes que permite recoger el agua de lluvia y reciclarla para su uso en el interior.
También Suiza tiene un pabellón original, basado en el muy oriental concepto de equilibrio, el célebre yin y yang. En este caso, la simbiosis entre ciudad y país, el Hombre y la Naturaleza. Fue diseñado por Buchner Bründler Architects, quienes decidieron aunar el idílico paisaje suizo con la tecnología más avanzada. Y así, la azotea representa un entorno natural, vegetal, verde, al que se accede por un circuito de telesilla que recuerda a los Alpes. Mientras, el exterior está envuelto en una especie de cortina tejida con resina de caña de azúcar y soja biodegradable (se consumirá en sólo dos semanas al terminar el evento en octubre), con elementos de aluminio que permiten transformar el aire en electricidad y convertir los flashes de las cámaras fotográficas en haces de luz multicolores.
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