Es muy famosa la leyenda según la cual Arquímedes habría empleado espejos para incendiar los barcos romanos que asediaban Siracusa, entre el 214 y el 212 a.C. El problema es que ningún autor de la época menciona tales artefactos, por lo que se sospecha que tan leyenda comenzó en la Edad Media.
Cesare Rossi, un ingeniero mecánico de la Universidad de Nápoles, asegura que lo que en realidad usó Arquímedes fueron cañones accionados por vapor, con proyectiles impregnados de Fuego Griego.
En octubre de 2005 un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts llevó a cabo un experimento con 127 espejos cuadrados de 30 cm de lado enfocados en una maqueta de madera de un barco a una distancia de 30 m. Brotaron llamas en una parte del barco, pero únicamente después de que el cielo se despejara y de que el barco permaneciera inmóvil alrededor de diez minutos. Se concluyó que el arma era un mecanismo viable bajo estas condiciones. El grupo del instituto repitió el experimento para el show televisivo MythBusters (cazadores de mitos), usando un barco de pesca de madera como blanco, en San Francisco.
Nuevamente hubo carbonización, además de una pequeña cantidad de llamas. Para prenderse fuego, la madera necesita alcanzar su punto de inflamabilidad, el cual ronda los 300 °C.
Cuando los cazadores de mitos emitieron el experimento llevado a cabo en San Francisco en enero de 2006, la afirmación fue categorizada como mentira, debido a la duración del tiempo y el clima necesarios para la combustión. También señalaron que, debido a que Siracusa mira el mar hacia el Este, la flota romana debería haber atacado durante la mañana para una óptima reflexión de la luz por los espejos. Además, armas convencionales como flechas en llamas o catapultas hubieran sido una forma mucho más fácil de prender fuego un barco a cortas distancias.
Wikipedia, Arquímedes
Pero hay más. En el siglo XV Leonardo Da Vinci esbozó el diseño de un cañón de vapor, atribuyendo su origen específicamente a Arquímedes. Otros autores lo relacionan así mismo con él, como por ejemplo Plutarco o Galeno.
La cuestión es interesante, no sólo por desmontar la leyenda, sino porque anticiparía el empleo del Fuego Griego en algunos siglos. Hasta ahora se creía que había sido empleada por primera vez por los bizantinos, el Imperio Romano de Oriente que dominó el Mediterráneo a partir del año 330 d.C. hasta casi los comienzos de la Edad Moderna.
Y que, por cierto, fueron decisivos en la resistencia de Europa ante el empuje musulmán. Sin el Imperio Bizantino Europa no sería lo que es hoy.
El fuego griego era un arma incendiaria utilizada por el Imperio bizantino. Los bizantinos la utilizaban con frecuencia en batallas navales ya que era sumamente eficaz ya que continuaba ardiendo aún despues de haber caído al agua. La misma representaba una ventaja tecnológica, y fue responsable de varias importantes victorias militares bizantinas, especialmente la salvación de Constantinopla de dos asedios árabes, con lo que aseguró la continuidad del Imperio. Constituyendo así un freno a las intenciones expansionistas del Islam, y salvando de la posible conquista desde el Este a Europa Occidental.
La impresión que el Fuego griego produjo en los cruzados fue de tal magnitud que el nombre paso a ser utilizado para todo tipo de arma incendiaria,1 incluidas las utilizadas por los arabes, chinos y mongoles. Sin embargo, las mismas, eran fórmulas distintas de la bizantina, que era un secreto de estado guardado en forma celosa, cuya composición se ha extraviado. Por lo tanto, sus ingredientes son motivo de gran debate, se han propuesto algunos de los siguientes ingredientes nafta, cal viva, azufre, y nitrato. Lo que distinguió a los bizantinos en el uso de mezclas incendiarias fue la utilización de sifones presurizados para lanzar el líquido al enemigo.
Wikipedia, Fuego Griego
Cuentan la historia, con todo lujo de detalles técnicos, en Archimedes set Roman ships afire with cannons.
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