Este post no es apto para frioleros. Pero quienes deseen vivir una experiencia única durmiendo entre paredes de hielo a dos grados bajo cero (temperatura agradable, pues en el exterior hay -28º) aún están a tiempo. Eso sí, no deben demorarse porque a principios de abril los dos hoteles de hielo que hay en Suecia y Canadá cerrarán hasta el año que viene. Bueno, más que cerrar es que se funden simplemente porque llega el buen tiempo.
La idea de hacer estos originales alojamientos surgió en la localidad sueca de Jukkasjarvi, cerca de Kiruna, a 200 kilómetros del Círculo Polar Ártico, tras una exhibición de arte con hielo -habitual en esos lares- en la que se construyó un iglú de 60 metros cuadrados. Corría el año 1990 y un avispado empresario supo ver el negocio, así que se erigió un Ice Hotel a base de grandes iglús con el hielo del río Torne.
El éxito permitió que decenas de artistas internacionales y estudiantes de Arquitectura colaboren para levantarlo cada año de la nada, siempre con distinto diseño en cada habitación. Todo está hecho de hielo, desde las columnas y los techos hasta las lámparas y los vasos del famoso Absolut Ice Bar, pasando incluso por las camas (bien forradas con pieles de reno y alce, por supuesto). Sólo se salva la iglesia de madera porque ya estaba ahí desde 1606 (aunque hay una capilla de hielo donde se celebran bodas).
Los clientes acuden a miles para contemplar el sol de medianoche y las auroras boreales, durmiendo en sus sacos entre los estremecedores crujidos nocturno del hielo. Durante el día se ofrece un catálogo de actividades temáticas como esquí, patinaje, paseos en trineo tirado por perros, motonieves, etc. También hay un museo dedicado a la cultura sami (lapona).
La idea del hotel de hielo fue adoptada por un empresario canadiense, que la llevó a su país en 2001 (ahora cumple su primera década) con el apoyo de autoridades y entidades públicas de turismo. El Hôtel de Glace americano está en la villa de Sante Catherine de la Jacques Cartier (a 30 kilómetros de Quebec) hasta abril. Luego, a finales de año, se reconstruirá en un mes con 5 toneladas de hielo. Son 3.000 metros cuadrados con 34 habitaciones temáticas, una galería de arte, un bar, saunas, estatuas decorativas… Todo de hielo.
Estos dos establecimientos forman un trío único en el mundo junto con el Hotel Igloo Village que se abrió luego en Groenlandia. Y en esta región recientemente independizada de Dinamarca hay otro más, sólo que con una estructura fija de acero: el Hotel Artic.
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