He tenido la oportunidad de seguir los últimos acontecimientos de gravedad internacional a través de Twitter y también, por medio de Facebook en menor medida. He visto cómo los usuarios han utilizado las herramientas más modernas de la web y también cómo se les ha bajado el perfil, a mi juicio injustamente.
Fijémonos en dos eventos que han ocurrido últimamente: La crisis política en Irán y el Golpe de Estado en Honduras.
En primer lugar son dos países donde la penetración de Internet no es masiva, sobre todo en Honduras.
En el caso de la crisis de Irán, el escenario es un país donde el uso de Internet no es escaso pero tampoco generalizado, se estima que un 30% de los iraníes utilizan Internet y, de hecho, los blogs son una herramienta bastante popular (incluso tocamos ese tema antes). El problema de Irán es que existe una censura institucionalizada de Internet, un sistema de censura comparable con el Gran Firewall de China y donde los blogueros son reprimidos cuando hablan de más.
Con la crisis política en Irán dados los cuestionables resultados de las elecciones que llevan a Ahmadinejad a ser reelecto (con más votos que personas), la oposición comenzó a defenderse difundiendo los graves hechos a través de todos los medios disponibles y Twitter como uno de ellos.
Durante estos días la censura se radicalizó y muchos no pudieron conectarse a la red, la censura está haciendo que sea muy dificil obtener material audiovisual de la represión, pero por días pudieron utilizar Twitter sin problemas para difundir el fraude electoral. Luego fue bloqueado y de ser una herramienta para coordinar acciones, pasó a ser una potente herramienta de difusión internacional del problema, eso sí bajo la mirada de la censura iraní.
Ahí es donde surgió la idea de los proxys específicos para Twitter y los avatares verdes que llamaban la atención y la curiosidad de los menos informados.
El caso de Honduras es un poco distinto:
A escala hispanohablante, mayormente en Twitter ha sido un conflicto relevante, digno de ser seguido de cerca.
El uso de Internet en Honduras es penoso, bastante menor al de Irán, no supera el 5% de la población (en un país donde el 65% de la población está bajo la línea de la pobreza).
A pesar del bajo nivel de penetración de Internet, siempre es suficiente para que alguien pueda alzar la voz y denunciar una injusticia, aunque no sirva como medio para que los protestantes se puedan coordinar masivamente, por ejemplo para decir: En Honduras la libertad de expresión se ha extinguido. Internet es, desde que existe, el último bastión de comunicación.
Por ejemplo, a través de Twitter se ha podido dar a conocer el problema en Honduras, ver el debate entre opositores y favorables al derrocado Zelaya, ver las imágenes de la represión e informarnos de los medios libres de censura (que son cada vez menos) y recibir información sin filtros.
Esto ha demostrado el gran poder de las masas organizadas alrededor de un buen servicio (Twitter) que, dentro de todo permite difundir información sin distractores ni censura previa y de forma directa al mundo entero, incluso sea o no masivo dentro de los países donde emana la información.
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¿Creen que ha sido importante Twitter en la Revolución Verde y en la cobertura del Golpe de Honduras?
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