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La mitad de Minoic (Antonio Cambronero y yo) estuvimos el sábado en Hoyos del Espino (Ávila) para ver a Bob Dylan en el Festival Músicos en la Naturaleza.

Fue una tarde-noche intensa que comenzó con el reencuentro previo y las fotografías de rigor, con «atuendo corporativo». El entorno nos sorprendió por la belleza natural de la zona, y el concierto de Bob impecable, mágico, nostálgico y poderoso como siempre. Una gozada.

Aprovechamos la ocasión para dejarnos los cuartos en una camiseta oficial de Dylan, conversar de muchas cosas y sorprendernos por la energía que todavía destila el maestro.

Un placer también reencontrarnos con la familia de Antonio, Mari Carmen y Rocío, que disfrutaron del show tanto como nosotros. En la madrugada, y mientras Amaral todavía ponía en escena su pop épico de antihéroes, mi mujer Mónica y yo abandonamos con destino a Hoyo de Pinares, nuestra base de operaciones en Ávila, ya que al día siguiente teníamos que partir temprano para Córdoba, a la Fería de Teatro de Palma del Río.

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