Hijo de modestos hidalgos extremeños, creció entre cuentos e historias que narraban las gestas de quienes habían derrotado a los sarracenos, en los últimos años de la Reconquista. Con el mismo espíritu quijotesco que otros muchachos de su generación, y decidido a conseguir la gloria por sí mismo, se embarcó en busca de aventuras hacia los recientemente descubiertos territorios americanos. Tras muchas vicisitudes, encabezó una expedición que pretendía abrir una ruta hacia China partiendo desde México, y a través del Sur de lo que es hoy Estados Unidos. Obtener oro, mucho oro, también estaba en su agenda particular. Desde este punto de vista su viaje fue un fracaso, y no sólo no consiguieron ni rutas ni oro, sino que de Soto perdió la vida. Sin embargo, sus esfuerzos y los de sus hombres tuvieron la recompensa de haber sido los primeros occidentales en explorar los territorios desde Florida hasta Texas, y de descubrir el río Mississippi.

Además, cabe destacar que, de los 220 caballos originales con lo que desembarcó en Florida, unos cuantos escaparon, formando el embrión de la actual población de caballos Mustang, típicamente americanos.

Para saber más:

[Ramiro Sánchez-Crespo es autor de los blogs Historia Clásica e Historia de la Humanidad ]

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