ZZ40E21B00.jpgComo lo oyen, científicos norteamericanos están experimentando con una bacteria modificada geneticamente que hace algo increíble: se come basura y la defeca convertida en petróleo.

Ya lo llaman Oil 2.0. Y no sólo es petróleo renovable, dicen, sino que además emitirá menos carbono a la atmósfera. Los bichitos van a ser alimentados con residuos procedentes de la agricultura, y no con productos que puedan agravar la crisis alimentaria mundial.

Claro que de momento la cosa va lenta, al ritmo de un barril de crudo a la semana no es que de para mucho. Para que esto pueda llegar a sustituir a todo el consumo de petróleo norteamericano semanal sería necesaria una «granja» de estas bacterias que ocupase toda la superficie de la ciudad de Chicago.

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