España está colaborando en la creación del primer observatorio submarino de terremotos, que se construye a 100 kilómetros de la costa oriental de Japón, y cuyos sensores estarán enterrados a 6.000 metros de profundidad bajo el mar.
Los trabajos están siendo llevados a cabo por el Chikyu, el mayor buque oceanográfico del mundo, y el importe diario ronda los 260.000 euros, casi nada. De ese coste, España contribuye con 350.000 euros (algo más de un día de trabajos) al año.