El título de este post es ciertamente llamativo, por no decir amarillista. Pero lo he puesto aposta para llamar la atención. Me explico:
Leo en El Blog Verde que en Nueva York van a comenzar un plan de reforestación en el que se proponen plantar un millón de árboles en las calles, parques y demás espacios públicos. Y que además van a clonar 25 árboles históricos de la ciudad, aquellos que tengan más antigüedad y mejor hayan resistido a las inclemencias del tiempo y a la contaminación. A mi esto me parece estupendo. Supongo que a vosotros también.
Y por esto él título. Porque cuando se trata de clonar seres vivos siempre nos entra una especie de rechazo instintivo ante lo desconocido, lo probable o lo improbable… pero si esos seres vivos son vegetales, entonces no hay problema ¿no?