El signario de Espanca fue el primer alfabeto en escritura paleohispánica encontrado en la Península Ibérica, pero todavía presenta más interrogantes que respuestas.

Anteriormente tan sólo había aparecido otro alfabeto, pero en caracteres latinos, el del santuario celtibérico de Peñalba de Villastar, en Teruel.

Hay pocos datos de como se llevó a cabo el descubrimiento. Se sabe que apareció fuera de contexto, no como resultado de excavaciones arqueológicas, y por ello no se ha podido realizar una datación minimamente fiable.

Dibujo del signarlo de Espanca por Untermann / foto de Jesús Rodríguez Ramos

Se encontró a finales de la década de 1980 cerca del pueblo de Espança en el Bajo Alentejo portugués, y es una pequeña pieza de pizarra de 40x28x2 centímetros que presenta, fragmentadas, dos líneas paralelas con una misma secuencia de 27 signos en las cuales ninguno se repite.

Se la asocia con la escritura tartésica o con la sudlusitana, aunque en realidad no coincide con ninguna de las escrituras conocidas por otras inscripciones. Lo que sí se sabe es que los primeros 13 signos (que se leen de derecha a izquierda) coinciden con el orden del alfabeto fenicio (𐤀 𐤁 𐤂 𐤃 𐤉 𐤊 𐤋 𐤌 𐤍 𐤎 𐤏 𐤔 𐤕 / a, b, g, d, y, k, l, m, n, s, r?, sh, t). Los restantes 14 signos incluyen algunos que se reconocen como fenicios (𐤅 𐤄 𐤈 𐤇 𐤐 𐤑 𐤒 𐤓 𐤆), pero fuera de orden, y otros que parecen inventados, junto con algunos claramente relacionados con la escritura íbera meridional, más moderna.

Otros signarios encontrados posteriormente, como el del Castellet de Bernabé, el de Tos Pelat o los de Ger y Bolvir, presentan ordenaciones de signos que no coinciden con el de Espanca, que es por tanto único en este sentido.

Distribución de las lenguas prehispánicas / foto Dominio público en Wikimedia Commons

La hipótesis más aceptada establece que debió ser un signario tardío, una especie de ejercicio de enseñanza de la escritura, en el que el maestro trazó los signos de la linea superior y el alumno los repitió en la inferior. Esto se deduce por la mayor calidad del trazo de los primeros.

Algunos autores apuntan, no obstante, que el hecho de que el soporte de la inscripción sea una laja de pizarra de superficie sin rebajar no encaja con un uso pedagógico de la misma. A la incomodidad de su transporte y manejo se sumaría el hecho de que resulta poco adecuada para escribir sobre ella, sobre todo utilizando la técnica del esgrafiado con que están hechos los signos.

Javier Velaza opina que habría que considerar otras hipótesis, como por ejemplo que se trate de la tapa de una urna, o de un elemento relacionado con una construcción de carácter sagrado. Que el signario fuera copiado por una segunda mano sería un fenómeno puramente casual, que no tendría relación con el uso original de la pieza.

Detalle del signarlo de Espanca / foto de José A. Correa

A pesar de haber sido profusamente estudiado desde su descubrimiento, el Signario de Espanca continua sin aportar respuestas concluyentes. Ello se debe, según algunos autores, a que al ser un documento único no podemos juzgar hasta que punto es un documento normal y hasta que punto presenta anomalías peculiares.


Fuentes

Un alfabeto paleohispánico: la Estela de Espanca (Jesús Rodríguez Ramos) / Inscripciones paleohispánicas con signarios: formas y funciones (Javier Velaza) / La Hispania Prerromana (Francisco Villar y José d’Encarnaçao, eds.) / El signario de Espanca (Castro Verde) y la escritura tartesia (José A. Correa) / Wikipedia

Libro recomendado

Pueblos, lengua y escrituras en la Hispania Prerromana (VV.AA.)


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