Aunque en Dinamarca es extremadamente popular, Dyrehavsbakken (o solo Bakken), no es demasiado conocido en otras partes de Europa.

Se trata del parque de atracciones en activo más antiguo del mundo, remontándose su fundación nada menos que al año 1583, hace más de cuatro siglos. Está situado cerca de la localidad de Klamperborg, a unos 10 kilómetros al norte de Copenhague.

Sus orígenes parten del descubrimiento de un manantial en el bosque de Dyrehaven, al que los ciudadanos de Copenhague enseguida comenzaron a acudir a por agua, debido a la mala calidad de la de la ciudad. En algunas épocas, especialmente en primavera, era tal la cantidad de gente que allí se reunía que empezaron a acudir vendedores, titiriteros y toda clase de artistas ambulantes, convirtiendo al lugar en una especie de atracción estacional.

Bakken en 1800, por Hans Peter Hansen / foto dominio público en Wikimedia Commons

La calidad del agua llamó también la atención del monarca, que decidió quedársela toda para él solo, cerrando el lugar al público con el pretexto de que el bosque era coto de caza real. Así las cosas en 1669 Federico III instaló allí un pequeño zoológico, y su hijo Cristián V lo amplió al cuádruple de su extensión.

Sería Federico V quien abriría nuevamente el parque al público en 1756, retornando los vendedores y artistas, esta vez procedentes ya de toda Europa, y comenzando a establecerse las primeras posadas. Su popularidad no hizo más que aumentar con el tiempo, estableciéndose accesos por ferrocarril y una linea de vapores que conectaba con el contienente en la primera mitad del siglo XIX.

En 1885 los propietarios de negocios en el parque constituyen una asociación, que todavía hoy se encarga de regentar el lugar, e inician una remodelación que lleva mejoras como la electricidad y el inicio de campañas publicitarias. Durante los años siguientes se establecen cabarets, circos, y empiezan a introducirse atracciones modernas, hasta convertirse en lo que es hoy, un parque de atracciones con montañas rusas (tiene 6), tiovivos, o caídas de agua como las que se pueden encontrar en cualquier otro.

Foto K56e51g en Wikimedia Commons

Los cabarets y los circos siguen estando allí, al lado de restaurantes, salas de conciertos y salones de juego. No obstante está absolutamente prohibido que grandes marcas del tipo MacDonalds, Burger King y similares instalen allí sus negocios, para preservar el valor histórico del sitio. Los carteles luminosos y de neón también están prohibidos. Todas las tiendas y tenderetes son de madera y de vistosos colores, y pertenecen a pequeños empresarios de la zona.

Bakken solo abre desde finales de marzo hasta que termina agosto, y aunque la entrada es gratuita, hay que pagar en cada atracción (la más cara cuesta al cambio unos 5 euros).


Fuentes

Bakken (web oficial)


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