Antonio Basoli fue un artista boloñés que vivió entre el último cuarto del siglo XVIII y mediados del XIX. Estudió Bellas Artes en su Bolonia natal pero es muy probable que nunca hayan oído hablar de él porque no alcanzó gran fama como creador absoluto en su profesión. En cambio, sí que se hizo un nombre en el mundo de la escena, ya que se convirtió en un apreciado escenógrafo y decorador: algunos de los mejores teatros de entonces como la célebre Scala milanesa, recurrieron a sus fantásticos decorados y telones.

Asombroso Alfabetico pittorico Antonio Basoli 1

En realidad esa labor no se limitó a ese terreno tan particular (y tan olvidado) sino que se extendió a villas y palacios, aunque lo cierto es que la mayor parte de su obra no se conserva más que sobre el papel, en los bocetos que realizó. Basoli, que terminó siendo profesor en la Accademia delle Belle Arti di Bologna, la misma donde había estudiado, practicó diversas técnicas como pintura y grabado, correspondiendo a esta última una de sus creaciones más espectaculares.

Asombroso Alfabeto pittorico Antonio Basoli 2

Se trata del Alfabeto pittorico, una colección de litografías en las que cada letra del abecedario se representan bajo una forma arquitectónica, en un alarde de imaginación y fantasía que le entronca con otro genial artista de su tiempo al que, por cierto, conoció: Piranesi. Y es que en cada lámina se puede ver una letra formando un edificio de estilo irreal, completamente inventado, de inspiración clásica en unos casos, orientalizante en otros, en ruinas algunos, de formas imposibles la mayoría.

Asombroso Alfabeto pittorico Antonio Basoli 3

Así, por ejemplo, la B se enmarca en la fachada de un zigurat mesopotámico, la E forma un exquisito pabellón, la G es la proa de una embarcación de nacionalidad indeterminada, la H se yergue como columna de un hipódromo romano, la M se adapta perfectamente a los pilonos de un templo egipcio, la T es la estructura básica de una gran tienda de campaña, etc.

Asombroso Alfabeto pittorico Antonio Basoli 4

Las letras (veinticuatro, todas excepto la J y la W) están reunidas en una recopilación cuyo título es el mencionado pero que, según la costumbre de la época, en realidad se publicó en 1839 bajo una forma bastante más larga (Alfabeto pittorico, ossia raccolta di pensieri pittorici composti di oggetti comincianti dalle singole lettere alfabetiche). Es una delicia verlas una por una y fijarse en sus detalles.

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