A lo largo de los tiempos se han perdido multitud de obras que podrían haber cambiado el curso del pensamiento contemporáneo. Muchas, simplemente se olvidaron en el devenir histórico, otras perecieron en guerras, saqueos, batallas, incendios o incomprensibles destrucciones como la de la Biblioteca de Alejandría. Éstas son 10 joyas bibliográficas que hubiera merecido la pena que hubieran llegado hasta nosotros.

Margites, de Homero

El autor de La Ilíaday La Odisea también fue el autor de una comedia titulada Margites. Se trata de un poema épico escrito alrededor del año 700 del que autores posteriores hablan como una obra magna. Aristóteles, sin ir más lejos, dice en El arte de la poesía que Homero marcó con esta obra una punto y aparte, una línea a seguir en lo que respecta a las comedias. Estaba compuesto en hexámetros combinados con trímetros yámbicos.

Enciclopedia Yongle

La Enciclopedia Yongle, también conocida como Yongle Dadian, fue una magna obra encargada por el emperador chino Yongle, perteneciente a la Dinastía Ming en 1403. En él trabajaron más de 2.000 escritores en Nanjng Guozijian entre aquel año y 1407. La idea era compilar toda la sabiduría china, pensamiento y escritura, desde tiempos ancestrales, incluyendo arte, arquitectura, historia, literatura, religión, ciencias naturales, medicina o astronomía. Contenía un total de 22.937 capítulos incluidos en 11.095 volúmenes manuscritos que ocupaban 40 metros cúbicos. Nunca fue impresa porque su extensión lo hacía inviable, pero se cree que al menos se hizo una copia. En 1557 fue salvada del fuego en la Cudad Prohibida por el Emperador Jiaging. Pero la mala suerte se cernió sobre la Enciclopedia Yongle. Progresivamente se fueron perdiendo y dispersando sus volúmenes; de los 800 que quedaban fueron pasto de las llamas en 1860 durante la Segunda Guerra del Opio, mientras que otros fueron saqueados tanto por americanos, japoneses y europeo durante la Rebelión Boxer en 1900. Quedan solo un 4 por ciento del total en colecciones privadas y bilbiotecas.

Los Códices Aztecas y Mayas

Tanto la historia del pueblo Azteca como la del Maya ha llegado a nosotros totalmente deslavazada una vez que una gran parte de su patrimonio bibliográfico se destruyó. En el caso del Imperio Azteca, el emperador Itzcoatl mandó destruir en 1426 los registros históricos anteriores, valiéndose de ellos para escribir una historia totalmente dirigida por el poder fáctico. En el caso de los mayas, en 1562 Diego de Landa, representante de los franciscanos en la península de Yucatán, ordenó por su cuenta y riesgo la destrucción de una serie de materiales históricos y religiosos de la población nativa. En esa bárbara decisión se perdieron unos 27 manuscritos que hubieran sido definitivos para conocer a esta civilización.

Obras perdidas de William Shakespeare

Tan solo han sido autentificadas 36 obras de teatro de William Shakespeare, incluyendo comedias, historias y tragedias. Sin embargo al menos dos obras de teatro se perdieron por el camino, según se verifica en un documento recuperado. Una de ellas era Love’s Labour Won, una comedia del que algunos estudiosos dicen que era un nombre alternativo de La fierecilla domada. Sin embargo, un fragmento de 1603, incluye los dos nombres como obras distintas. Lo mismo ocurre con Cardenio, una obra estrenada en 1613 que se cree que escribió Shakespeare con John Fletcher. Se cree que estaba basada en la tragedia de Cardenio que Cervantes cuenta en El Quijote.

Las memorias de Lord Byron

George Gordon, Lord Byron, fue el poeta romántico más famoso. Su biografía esta llena de momentos gloriosos, como el escándalo que provocó el montaje y la ruptura de su matrimonio en 1816, que acabaro con su exilio, o su participación en la lucha de los griegos contra los invasores otomanos. Su autobiografía también tiene un halo de misterio. La confió a su amigo Thomas Moore y tras su muerte a causa de unas fiebres en 1824, éste decidió junto al editor John Murray y otro amigo quemar el manuscrito de 78 folios. ¿De qué se hablaba en estas memorias? ¿Había pasajes comprometidos sobre su esposa? Quizás nunca lo sabremos.

La segunda parte de Almas muertas, de Nikolai Gogol

Nikolai Gogol destruyó la segunda parte de su obra más importante, Almas muertas, en un giro que parece sacado de la trama de una novela rusa: un consejero espiritual le convenció de que toda su producción era maligna. Almas muertas, publicada en 1842, es una de las más importantes novelas publicadas en Rusia en el siglo XIX. Tras quemar su obra, Gogol entró en una profunda depresión fruto del arrepentimiento y moriría 9 días después al no ingerir alimento alguno. Era el 4 de marzo de 1852.

Los inéditos de Hemingway perdidos en una maleta

Era diciembre de 1922 y Hadley, la primera mujer del escritor norteamericano Ernest Hemigway, dejó su equipaje sin vigilar durante un momento en un tren. En ese tiempo alguien robó una maleta completa que contenía manuscritos inéditos de su marido. Él y su mujer marcharon rápidamente a Paris para ver si podían recuperarlos pero no lo consiguieron. Entre el material perdido estaba una novela casi terminada sobre sus experiencias en la Primera Guerra Mundial. Años después, en 1956, un anciano Hemingway halló en el sótano del Hotel Ritz de París dos baúles. En ellos había notas y bocetos de sus experiencias en París en la década de los 20. Fueron impresos en París era una fiesta, una obra póstuma publicada en 1964.

Double Exposure, de Sylvia Plath

La poeta y novelista estadounidense Sylvia Plath se suicidó cuanto tenía 30 años en febrero de 1963. Dejó un motón de poemas y manuscritos inéditos cuya custodia recayó en su viudo, el también poeta Ted Hughes. Uno de ellos era una novela titulada Double Exposure que trataba de una mujer, un marido y una amante, una trama que estaba clara para quienes conocían la tormentosa relación entre la pareja. Hughes contó en su libro de memorias de 1977 la existencia de esta novela pero el manuscrito despareció hacia 1970.

La Isla de la Cruz, de Herman Melville

El autor de Moby Dick se inspiró en una historia que le contaron durante un viaje a Nantucket en 1852 para escribir La Isla de la Cruz. Se trataba de un relato sobre la hija de un velador, Agatha Hatch, que salvó a un náufrago llamado James Robertson. Al final aquello se convirtió en amor, en matrimonio y el finalmente la abandonó. El manuscrito lo presentó Herman Melville a su editorial en 1853 pero fue rechazada. Nunca más se supo nada de la novela.

El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, de Robert L. Stevenson

El conocido escritor, autor entre otras de la popular La Isla del Tesoro, escribió la primera versión de El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde influenciado por el consumo continuado de sustancias estupefacientes como la cocaína. La obra la redactó en solo tres días y se dice que era una delirante historia de horror y fantasía. Nunca vio la luz porque su mujer le aconsejó rehacerla y adaptarla a los tiempos en que vivía, pues su publicación sería un escándalo.

Vía: History

  • Comparte este artículo:

Loading...

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.