Los colores imposibles, también denominados en ocasiones colores prohibidos, son aquellos que no pueden ser vistos normalmente bajo la luz natural o combinaciones de intensidades o frecuencias de ésta, pero que sí se pueden percibir bajo circunstancias especiales. Por ejemplo, generándolos en el cortex visual mediante la mezcla de señales procedentes de los ojos.

Ejemplos de colores imposibles serían el amarillo-azulado o el verde-rojizo. Pero no la mezcla de los mismos que podemos realizar con pintura o con pixeles en una pantalla. En realidad el amarillo-azulado es aparentemente muy similar al amarillo, pero también muy similar al azul.

Los colores imaginarios se corresponden con combinaciones de los conos (células sensibles a la luz situadas en la retina) que, aunque no se pueden producir en circunstancias normales bajo ningún espectro lumínico, son utilizados por los matemáticos para definir espacios de color abstractos.

En el diagrama cromático de la imagen los espacios blancos corresponderían a los colores imaginarios.

Sin embargo, algunos colores imaginarios pueden ser vistos temporalmente. Se les llama colores quiméricos. Esto se puede conseguir mirando fijamente un color fuerte durante unos segundos, hasta que los conos de la retina se fatigan cambiando temporalmente su sensibilidad cromática, e inmediatamente mirando otro color.

Por ejemplo, para poder ver el color azul estigio hay que mirar fijamente un amarillo claro e inmediatamente después mirar un color negro. Entonces veremos el azul estigio, que en realidad nos parecerá tan oscuro como el propio negro.

Para ver el rojo autoluminoso debemos mirar fijamente un verde e inmediatamente después un blanco. El rojo autoluminoso parecerá tan brillante como el propio.

Foto JZSIX en Wikimedia Commons

O si miramos fijamente un cyan claro y después un naranja veremos el naranja más puro que se puede contemplar. Claro que no todo el mundo es capaz de realizar con éxito estos ejercicios.

Algunas personas son capaces de ver el color amarillo-azulado en la imagen superior, mirando fijamente y dejando que los ojos se crucen hasta que los dos símbolos + se encuentran uno encima del otro.

En cuanto a los colores ficticios, son aquellos inventados por guionistas cinematográficos y escritores en sus obras. Existe una completísima lista de ellos en Wikipedia. ¿Pero se pueden ver?

Un ejemplo sería el color inventado por Lovecraft en su relato El Color que cayó del cielo, y que hace referencia “al color de una entidad venida del espacio exterior, color que no se corresponde con ninguno del espectro visible conocido por los humanos”. Curiosamente, la adaptación cinematográfica del relato realizada en 2010 se filmó en blanco y negro.


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