NASA_PhonesSat

Los teléfonos móviles se han convertido en algo tan cotidiano que no paran de surgir nuevas ideas a partir de ellos. Muchas de estas innovaciones surgen aprovechando el aumento de la capacidad de sus procesadores, como el robot Romo del que os hablamos hace unos días. Pero en esta ocasión la NASA se ha dado cuenta que además de utilizarlos para hablar, twittear o hacer fotos, pueden servir como satélites y mucho más baratos que los actuales.

Esta increíble idea surgió en los pasillos del Centro de Investigación Ames de la NASA, en California. Allí, uno de los investigadores se dio cuenta que los procesadores de los móviles modernos son mucho más baratos que los de los satélites, por lo que se preguntó si sería posible utilizar un smartphone como satélite. Y dicho y hecho, ya que el domingo pasado a bordo del cohete Antares se pusieron en órbita tres nanosatélites denominados PhoneSat.

Pero no fue fácil, ya que incluso el jefe del proyecto, Jim Cockrell, dudaba de su viabilidad. Uno de sus temores era si los móviles serían capaces de soportar el impacto de su puesta en órbita, las extremas temperaturas o la radiaciones. Pero como bien comentaban los investigadores más jóvenes, si son capaces de sobrevivir a un adolescente, seguramente en el espacio estén más seguros.

Los ingenieros para mantener un precio lo más barato posible han utilizado todas las funcionalidades comunes a los satélites que ya existen en los smartphones, como por ejemplo las cámaras de alta resolución, los receptores GPS, los acelerómetros o los giroscopios. Los PhoneSat se construyen dentro de un cubo metálico de 10 centímetros, y lo único que se agrega a mayores es una mayor batería externa y una radio lo suficientemente potente como para llegar a la Tierra. Pero el cerebro del satélite es un móvil normal y corriente.

Los tres satélites se llaman «Alexander», «Graham» y «Bell», seguramente en memoria del inventor del teléfono, a pesar de que el verdadero inventor es Antonio_Meucci. Graham y Bell son PhoneSat 1.0, ya que utilizan como cerebro el Nexus One desarrollado por Google en colaboración con HTC. Mientras que Alexander es un PhoneSat 2.0, y el smartphone utilizado es el Nexus S creado por Google y Samsung.

La misión de la primera versión es simple, sobrevivir en el espacio durante un corto periodo de tiempo, y enviar fotos de la Tierra y el espacio a través de su cámara, además de devolver información sobre la salud del satélite. El PhoneSat 2.0 cuenta con un mejor procesador y está equipado con un receptor GPS, dos radios de banda S, giroscopios y bobinas magnetorquer, diseñadas para interactuar con el campo magnético de la tierra. Este último satélite funciona con energía solar con paneles hechos de trozos sobrantes de la construcción de paneles más grandes, y además los ingenieros pueden controlar desde la tierra la orientación del satélite en el espacio.

Según la NASA, el coste de los satélites ha rondado los 3.500 dólares. Y todos siguen funcionando y enviando información a la tierra perfectamente. Desde su página web, se pueden ver las últimas fotos tomadas y su posición en el espacio. Para esto último, los ingenieros envían las transmisiones por una frecuencia de radio abierta a todo el mundo, por lo que los radioaficionados de cualquier lugar pueden seguir el camino de los satélites y compartir informes sobre las transmisiones recibidas.

Vía: NPR

Foto: NASA

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