Hoy todos los medios se hacen eco de una curiosa historia: una isla del Pacífico llamada Sandy Island y que aparece en prácticamente toda la cartografía moderna (incluido Google Maps), en realidad no existe. Se trata de una pequeña isla entre Australia y Nueva Caledonia (perteneciente a Francia). Hace poco unos científicos australianos quisieron hacer una comprobación y se encontraron con que en las coordenadas donde se supone está la isla no hay más que agua.
Pero lo que me llama la atencion es el posible motivo de que se la halla representado en tantos mapas: se trataría de un copyright trap, es decir, de una trampa creada por un cartógrafo para evitar que su mapa sea plagiado. Al parecer es una práctica bastante común en cartografía, donde se suelen representar calles o montes ficticios con el mismo fin. Pero también en enciclopedias, fuentes oficiales y otras publicaciones.
En la Wikipedia se recogen muchos ejemplos de esta práctica, como estos dos:
– Algunos listados de los miembros del parlamento alemán incluyen a un diputado ficticio llamado Jakob Maria Mierscheid, que sería miembro del mismo desde 1979 (véase su perfil en la web oficial del Bundestag). Incluso dicen que tiene Twitter, pero no he podido encontrarlo. Al parecer el personaje fue creado durante los años 20 por algunos diputados para evitar pagar las facturas en restaurantes y hoteles.
– En 1975 la New Columbia Encyclopedia incluyó una entrada acerca de Lillian Virginia Mountweazel (1942-1973), fotógrafa y diseñadora de fuentes. En 2009 se le dedicó una exposición a su obra fotográfica en Dublín. Por supuesto, Mountweazel nunca existió.
En ocasiones se confunden estas ‘trampas’ con los más populares hoaxes. La diferencia es que en este caso son totalmente intencionados y tienen una función bien definida, que no es engañar al usuario o lector, sino proteger los derechos de la obra en cuestión.
Lo cual no quiere decir que me parezca una práctica adecuada ni recomendable. En primer lugar por la confusión que puede provocar, y en segundo porque no sirve para nada. La demostración está en la propia Sandy Island, ya que al cartógrafo que se la inventó para proteger los derechos de su obra le sirvió de bien poco, pues ha sido reproducida una y otra vez desde entonces.
Además, en 1992 una corte federal de los Estados Unidos determinó que estas trampas en cartografía no sirven para denunciar violaciones de derechos de autor. Es más, podría un usuario denunciar a un cartógrafo por haberle hecho perderse a causa de ello?
En la Wikipedia: Copyright Trap (Ficticious Entry) y Calle Trampa
Ejemplos de Calle Trampa en Google Maps →
En la BBC: South Pacific Sandy Island ‘proven not to exist’ →