Imagen: The Pancake of Heaven! en Wikimedia Commons

Hoy es 27 de septiembre, lo que me recuerda que un día así pero de 1998 llegó a nuestras vidas una herramienta que actualmente nos resulta casi indispensable, con la particularidad de que está extendida por todo el mundo. Y eso que no es material, tangible. Se llama Google.

Fue creada por dos estudiantes de Informática de la Universidad de Stanford, Larry Page y Sergey Brinn, ayudados por su profesor, Héctor García Molina, cuando desarrollaban un buscador de Internet para su tesis doctoral que mejorara el más usado hasta entonces, Altavista. El 17 de septiembre de 1997 lo registraron y un año más tarde fundaron la empresa cuyo nombre se basa en una palabra matemática que designa la cantidad 10 elevado a 100 (googol); de hecho, la sede actual de Santa Clara (California) se llama Googleplex, que también hace referencia a otra macrocifra, 10 elevado a 10 elevado 100 (googolplex). Los colores corporativos se deben al Lego con que estaba hecho el ordenador que utilizaron.

Con la aportación de varios inversores la empresa empezó a crecer, incorporando progresivamente numerosos servicios. Algunos no tuvieron éxito y ya no existen pero otros sí y ahí están: Google Noticias, Google Imágenes, Google Maps, Google Earth, Adsense y uno fundamental para las comunicaciones actuales como Gmail. Otros no son de fabricación propia sino que fueron comprados, como YouTube.

Con el tiempo llegó la diversificación, entrando en el sector de los sistemas operativos (Chromium y Android, este último pensado para móviles), navegadores (Google Chrome), imagen (Picasa, editor ampliado a web para subir y compartir fotos, igual que Panoramio) y telefonía móvil (Nexus). Lo último, presentado este mismo año, es Project Glass, para desarrollar gafas de realidad aumentada HMD.

Actualmente Google ya forma parte de nuestra vida cotidiana, igual que su campo de acción, Internet, la lavadora, la televisión o los viajes en avión. Y parece que será por muchos años, a pesar de todos los problemas que, como toda gran empresa que se precie, debe afrontar: las reclamaciones de derechos de autor en libros, películas y artículos de prensa o la autocensura que se aplicó para poder seguir funcionando en China. En 2008, coincidiendo con su décimo aniversario, ganó el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

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